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SUENA LA CAMPANA EN GARANGO, ¡EMPIEZAN LAS CLASES!

Nuestro proyecto «Construcción de una guardería en Garango», financiado por la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), del que os hemos hablado varias veces a lo largo del año pasado, ha llegado recientemente a su fin.

Garango está situado en Burkina Faso -en la zona centro-oriental- dentro de la diócesis de Tenkodogo, una de las zonas más pobres del país, con numerosas carencias sanitarias y educativas. Decidimos intervenir para intentar colmar algunas de estas lagunas y con la esperanza de ayudar a la población local a alcanzar un nivel de vida más alto.

En particular, se nos informó de la ausencia de un jardín de infancia y, en consecuencia, de la imposibilidad de que los niños de la zona pudieran cursar una escolarización normal y una educación preparatoria para la escuela primaria. Para paliar esta carencia, el año pasado decidimos presentar un proyecto de construcción de las instalaciones escolares.

Desde el principio, parecía un objetivo ambicioso, teniendo en cuenta la situación de incertidumbre política y social en la que se ha encontrado todo el país en los últimos años, pero afortunadamente el proyecto no encontró ninguna dificultad: las obras de construcción de la estructura se llevaron a cabo con rapidez y En un año, no sólo hemos visto nacer esta escuela, sino que la hemos visto llena de pupitres, sillas, juegos y todo lo necesario para el buen desarrollo de los jóvenes alumnos.

Los niños se dividieron en tres grandes aulas según la edad, creando una Petite Section, una Moyenne Section y una Grande Section. La primera sección consta de 27 alumnos, 10 chicos y 17 chicas, mientras que la segunda consta de 26, 14 chicos y 14 chicas, la última sección no se ha formado, pero ya el año que viene se animará con todos los niños de la actual Sección Moyenne.

Cada día se programan numerosas actividades: colorear, dibujar, aprender las nociones básicas de matemáticas, iniciarse en la lectura, dedicar tiempo a la actividad física y, por supuesto, jugar. Las instalaciones cuentan con un gran patio cerrado donde los niños, con total seguridad, pueden pasar horas despreocupados y, además, albergan un comedor que garantiza una comida al día a cada alumno de la escuela.

Si el objetivo principal era construir, amueblar y poner en funcionamiento la escuela, el objetivo secundario era sensibilizar a la población local sobre la importancia de la educación: de hecho, parece esencial iniciar a los niños en una trayectoria de aprendizaje adecuada desde una edad temprana para garantizar su correcto desarrollo. Gracias al personal local que trabaja en las instalaciones, aunque nuestras actividades hayan terminado, la escuela seguirá siendo un punto de referencia para toda la comunidad.

Estamos muy contentos de haber completado el proyecto, contribuyendo a la realización de esta escuela que dará a muchos niños la oportunidad de reír, jugar, colorear y vivir una infancia tranquila, comprendiendo el valor de la sociabilidad y del compartir, en la ligereza que esa edad merece, pero que a menudo -en contextos similares- no puede tener.

 

EN EL MACO DE OUAGADOUGOU EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DE TODOS

La MACO (Maison d’Arret et de Correction de Ouagadougou) es la mayor prisión de la capital de Burkina Faso. Las condiciones del centro son bastante precarias: el hacinamiento es el problema más evidente; de hecho, no hace mucho, se llegó a temer que el centro se derrumbara por el excesivo número de reclusos.

Teniendo esto en cuenta, no es de extrañar que las condiciones de vida y sanitarias estén muy por debajo de la norma. Los camilos de la capellanía penitenciaria se dieron cuenta de la necesidad de intervenir cuanto antes para que el trato fuera más humano, permitiendo a estos reclusos vivir la cárcel como una reeducación, con pleno respeto de los derechos humanos inviolables.

La situación en Burkina Faso es difícil desde varios puntos de vista: empezando por la pobreza endémica, hasta el terrorismo que se apodera del país desde hace varios años. Garantizar que los reclusos tengan una vida digna en la cárcel es crucial para evitar que surjan nuevos resentimientos que luego puedan degenerar en ira y violencia.

Para perseguir este objetivo, los camilos de la capellanía penitenciaria propusieron a Salute e Sviluppo participar en el «Projet d’humanisation de la Maison d’Arret et de Correction de Ouagadougou (MACO)». El proyecto consiste en proporcionar a más de 1600 reclusos las comidas que necesitan para mantener una dieta adecuada, suministrar mensualmente kits de higiene a unas 100 mujeres de la prisión, distribuir el jabón necesario para la higiene de 1600 personas, dar ropa a unos 50 reclusos -los más indigentes- y comprar todos los medicamentos necesarios para abastecer la enfermería de la institución y tratar enfermedades particulares.

En Salute e Sviluppo nos alegramos de poder contribuir a este proyecto: aunque los presos tienen una condena que cumplir, es justo que reciban un trato digno, con pleno respeto de los derechos humanos. Mejorar las condiciones de vida de los necesitados es nuestro principal objetivo en cualquier campo.

Será un año ajetreado, y las condiciones del país causarán sin duda algunas dificultades para el buen funcionamiento de este proyecto, pero confiamos en que, dentro del plazo fijado, se cumplan los objetivos.

Le mantendremos informado de todas las novedades.

CURAS Y ENSEÑANZAS EN EL OHUAM PENDÉ

La mayor parte de los proyectos que tenemos en marcha se desarrollan en la región de Ouham – Pendé: a unos 400 kilómetros de la capital, Bangui, es una de las zonas más pobres de la ya de por sí indigente República Centroafricana. La inestabilidad política de toda la nación, y la violencia resultante, hacen que la pobreza sea endémica y los derechos básicos inaccesibles.

Nuestro punto de referencia en la región es el Hospital Camiliano Juan Pablo II de Bossemptélé, que lleva más de 20 años trabajando con valentía y determinación, lo que representa un hito para la población, que puede contar con una atención adecuada gracias a este hospital.

El proyecto SENÌ- Health and Hygienic Concepts for the Bossemptélé Community, financiado por la FONDATION ASSISTANCE INTERNATIONALE (FAI), se inició el 1 de enero de 2021 con el objetivo de construir las infraestructuras necesarias para el hospital, suministrar medicamentos y material sanitario fungible, contratar personal sanitario y promover la higiene y la educación sanitaria de la población local.

Concretamente, en lo que respecta a las infraestructuras, el proyecto pretende contribuir a la mejora del hospital mediante la construcción de un nuevo pozo que pueda satisfacer todas las necesidades de agua del hospital y la instalación de nuevos paneles fotovoltaicos que puedan garantizar un suministro estable de electricidad. El pozo se ha completado, es funcional y puede cumplir plenamente su función. Todos los paneles han sido instalados y puestos en funcionamiento.

El resultado infraestructural se ha logrado, mientras que el centrado en la concienciación de la población local en temas de salud y prevención está en marcha con excelentes resultados. El proyecto incluye una serie de reuniones semanales sobre temas específicos como nutrición, vitaminas, tabaco, alcohol, higiene personal, vacunación contra el paludismo e higiene ambiental. Las reuniones ya han comenzado y siguen celebrándose regularmente, tanto dentro del hospital como en las zonas rurales circundantes, gracias al equipo de clínicas móviles. Hasta la fecha, más de 4000 personas han participado en actividades de sensibilización.

Aunque el final del proyecto está previsto para el próximo verano, los numerosos actores locales implicados – el Ministerio de Sanidad, el Ministerio de Enseñanza Superior, la Asociación para las Obras Médicas de las Iglesias en Centroáfrica – ASSOMESCA y la Orden de las Hermanas Carmelitas de Bossemptélé, así como la delegación camiliana en la República Centroafricana que dirige el Hospital Juan Pablo II de Bossemptélé – seguirán trabajando para que la misión de sensibilización de la población local tenga continuidad y pueda producir beneficios a largo plazo.
Les mantendremos informados de los avances del proyecto y de las muchas buenas historias que nos llegan del Hospital Juan Pablo II de Bossemptélé.

SALUD Y NUTRICIÓN EN BOSSEMPTÉLÉ

«Salud y Nutrición para la Población Vulnerable de la Subprefectura de Bossemptélé» ha sido un proyecto del que os hemos hablado muchas veces, contando todos los hitos que hemos ido consiguiendo poco a poco. El proyecto, que forma parte de la «Iniciativa de emergencia de apoyo a la población vulnerable en la República Centroafricana», fue financiado por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo (AICS) y comenzó en septiembre de 2021.

Las intervenciones se concentraron en Bossemptélé, la ciudad donde se encuentra el Hospital Juan Pablo II, centro sanitario de toda la región, y en los 75 km circundantes. Estamos en la República Centroafricana, un país endémicamente pobre, donde muchos de los servicios básicos están al alcance de unos pocos, mientras que la mayoría de la población sufre condiciones de precariedad e inseguridad, tanto sanitaria como alimentaria. Desde hace algunos años, además, los grupos rebeldes hacen que el país sea aún más inestable, llevando a cabo actos violentos y atemorizando a la población, ya de por sí en apuros.

En Salud y Desarrollo -en el transcurso de este proyecto- también tuvimos que hacer frente a esta situación, que ralentizó el trabajo, haciéndolo más difícil y peligroso. A pesar de ello, pudimos alcanzar la mayoría de los objetivos que nos habíamos fijado, incluida la construcción de una sala de urgencias para el Hospital Juan Pablo II. Antes de nuestra intervención, el hospital no tenía la posibilidad de alojar a los pacientes más graves en una sala adecuada, ahora la sala de urgencias se ha completado, tanto en términos de construcción estructural como de equipamiento. Durante este año de obras, el hospital pudo atender a más de 9.000 pacientes, de los que aproximadamente un tercio fueron ingresados para recibir el tratamiento adecuado.

Otra deficiencia que habíamos detectado en una fase temprana se refería a la capacidad del hospital para garantizar las comidas necesarias a los pacientes ingresados: la mayoría de los que llegan al centro presentan un grave estado de desnutrición y necesitan restablecer una dieta adecuada. En el curso de este proyecto, construimos una cocina adyacente a las instalaciones del hospital, que puede ofrecer tres comidas al día a todos los pacientes. A pesar de que las obras estructurales acaban de concluir, desde el inicio del proyecto se ha instalado una cocina provisional que ha conseguido proporcionar tres comidas completas al día a más de 1.600 pacientes.

Con el fin de aumentar la capacidad del Hospital Juan Pablo II para atender adecuadamente la demanda de atención de la población local, decidimos poner en marcha un programa de formación para el personal sanitario. Gracias a esta iniciativa, se formó a 38 trabajadores especializados en obstetricia, oftalmología, técnicas de laboratorio y mantenimiento de equipos médicos.

Para proporcionar un amplio acceso a la atención sanitaria también en las zonas rurales de los alrededores de Bossemptélé, rehabilitamos, y en algunos casos construimos desde cero, los puestos de salud situados en algunos pueblos de la subprefectura. Antes de nuestra llegada, estas instalaciones eran inseguras, con graves problemas estructurales y sin mobiliario ni maquinaria útil para primeros auxilios. Durante el año, renovamos, amueblamos y equipamos con material sanitario las poste de santé de Gbawi (a 40 km de Bossemptélé), Bodangui, (a 10 km), y Bombalou (a 45 km), y construimos una nueva poste de santé en el pueblo de Yangoro, a 15 km de Bossemptélé. Además, hemos formado a más de 30 trabajadores que garantizarán un servicio sanitario eficaz atendiendo estos puestos de salud. Además de cada una de estas instalaciones, también se rehabilitó o construyó un pozo para suministrar agua potable, no sólo a la poste de santé, sino también a toda la población del pueblo correspondiente. Gracias a algunos saldos presupuestarios, pudimos rehabilitar un pozo adicional en la aldea de Boyaram. En total, más de 21.000 habitantes tienen acceso al agua potable,

Además de estos pueblos, hay muchos otros que, al carecer de poste de santé y estar alejados de Bossemptélé, permanecen sin cobertura sanitaria. Para resolver este problema, activamos y reforzamos el servicio de clínica móvil, que -en el transcurso del proyecto- pudo visitar más de 27 pueblos, prestando primeros auxilios a la población local. La clínica móvil también puso en marcha reuniones de concienciación centradas en distintos temas sanitarios, y consiguió implicar a más de mil personas. En los últimos meses, el clima de inestabilidad en el país ha empeorado: los grupos rebeldes armados han atacado amplias zonas, incluida parte del área en la que opera la clínica móvil, algunos de los cuales se han visto obligados a huir. Debido a esta situación, no fue posible visitar muchos pueblos y llevar a cabo todas las actividades previstas anteriormente.

A pesar de estas dificultades, que provocaron varias ralentizaciones, el proyecto registró resultados positivos: Un 14% más de la población local tuvo acceso a servicios sanitarios, Un 25% más tenía acceso a agua potable, mentre La desnutrición bajó del 40% al 38%. Las instalaciones que hemos construido y las actividades que hemos puesto en marcha seguirán siendo una valiosa ayuda para la población local, que por fin tendrá acceso a unos servicios sanitarios adecuados y de mayor calidad.

Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto Salud y Nutrición de la Población Vulnerable de la Subprefectura de Bossemptélé AID 05/RCA/12049/2021 financiado por la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo. El contenido de esta publicación es responsabilidad exclusiva del autor y no representa necesariamente la opinión de la Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo. La Agencia Italiana de Cooperación al Desarrollo no se hace responsable de la información que se considere errónea, incompleta, inadecuada, difamatoria o de algún modo censurable.

PARA LA MEJORA DE JUVENANT SAINT CAMILLE

La Juvenat Saint Camille es una escuela de Uagadugú, dirigida por los Camilianos, que acoge a muchos niños de los alrededores, ofreciéndoles una educación adecuada y un entorno sereno en el que cultivar sus estudios e intereses.

El centro educativo debe seguir modernizándose para poder ofrecer cada vez más servicios a los alumnos. En concreto, se hizo hincapié en la necesidad de un pozo y un sistema de bombeo para disponer de agua potable suficiente para las necesidades de los alumnos y de la escuela; y pareció esencial proceder a la instalación de una sala de ordenadores.

Ante estas necesidades, Salute e Sviluppo se alegró de poder contribuir a la mejora del centro, poniendo en marcha este proyecto que pretende a la vez suministrar agua y equipar la sala.

Uagadugú es la capital de Burkina Faso y, aunque es la ciudad mejor abastecida del país, sufre la situación general de la nación que, además de la extrema pobreza, en los últimos años ha tenido que hacer frente a los terroristas que atacan el país en oleadas con atentados y actos violentos. Parece esencial ayudar a la población con proyectos de desarrollo agroalimentario, sanitario o, como en este caso, educativo.

A partir del 1 de noviembre de 2022, decidimos iniciar las obras de mejora del centro escolar: los trabajos de construcción del pozo y del sistema de bombeo fueron rápidos y se desarrollaron sin contratiempos. Ahora el sistema ya funciona y da a la escuela acceso a un suministro adecuado de agua potable.

En cuanto a la sala de informática, el proyecto incluye la compra de 24 ordenadores y el acondicionamiento de toda la sala, lo que dará a los niños la oportunidad de estudiar informática -una asignatura absolutamente necesaria-, investigar más a fondo sobre temas escolares, conectarse a la red y ampliar así sus conocimientos. La sala también se utilizaría para presentaciones, pequeñas conferencias y otras situaciones de aprendizaje para los niños.

P. Felice de Miranda, Presidente de Salute e Sviluppo, tuvo la oportunidad hace poco, durante su última misión en Burkina Faso, de visitar la escuela y ver cómo avanzaban las obras: encontró a muchos niños felices esperándole, agradecidos a Salud y Desarrollo por el proyecto en curso.

Las actividades finalizarán en junio de 2023, fecha en la que la sala de ordenadores deberá estar terminada y debidamente equipada. Le mantendremos informado de todos los hitos que vayamos consiguiendo.

EN BURKINA FASO CON UN OBJETIVO: CULTIVAR EL VALOR

Acaba de empezar el nuevo año y en Salute e Sviluppo ya estamos en marcha. Hace unos días finalizó la misión que nos vio en Burkina Faso para planificar las actividades del nuevo proyecto «Cultivar valor: buenas prácticas y métodos innovadores para una producción agroganadera integradora y sostenible», financiado por la Agencia Italiana de Cooperación y Desarrollo (AICS).
Esta nueva iniciativa se inauguró a principios de año y durante 36 meses apostaremos por reforzar las estructuras y actividades productivas que habíamos iniciado en 2017 gracias al apoyo de la Cooperación Italiana – MAECI, dentro del proyecto ‘Producción innovadora de arroz y valorización de productos locales para la soberanía alimentaria y el desarrollo rural sostenible en la zona de Bagré, Burkina Faso’.

Estamos de nuevo en Bagré, una zona rural del centro-este de Burkina Faso que, debido a su extrema pobreza, ha sido objeto de varias de nuestras intervenciones durante muchos años. En esta región, la población, ya agotada por las precarias condiciones de vida, debe hacer frente además al miedo y la violencia que ha traído al país el terrorismo islámico, que pretende hacer aún más inestable el ya frágil equilibrio del país.

El terrorismo, que se ha recrudecido en los últimos años, también dificulta la realización de proyectos de cooperación en amplias zonas del país, consideradas inseguras. En Salute e Sviluppo también nos topamos con esta triste realidad, al tener que coordinar el proyecto desde la capital, Uagadugú, en lugar de hacerlo directamente desde el lugar de intervención. Sin dejarnos desanimar por ello, decidimos, no obstante, asumir este nuevo reto, cuyo objetivo primordial es el desarrollo sostenible del sector primario burkinés.
La palabra clave es diversificación: durante estos 36 meses pretendemos que la producción agrícola y ganadera de la zona sea lo más variada posible, garantizando así a la población local no sólo alimentos suficientes, sino una dieta variada y la salvación de la desnutrición.

Al mismo tiempo, el proyecto reportará otros beneficios: gracias al fortalecimiento de las explotaciones y cadenas de suministro agrario existentes, se asegurarán más puestos de trabajo para los lugareños que, al integrarse en este sistema de producción, podrán aumentar la capacidad económica de las familias de la comunidad. Es de esperar que una mejora real de las condiciones ayude a frenar el deseo de emigrar, teniendo en cuenta la absorción de muchos autóctonos en los nuevos puestos de trabajo que se crearán.

Reforzar el sector primario es de vital importancia para alcanzar los objetivos del proyecto, ya que la agricultura y la ganadería siguen realizándose con métodos tradicionales. Un aspecto importante de la iniciativa es la promoción de la autonomía de la mujer mediante la transferencia de conocimientos a las mujeres locales, que tendrán así la oportunidad de mejorar la producción familiar de alimentos basada en la horticultura y los productos forestales.

El proyecto parece ambicioso en cuanto a sus objetivos y, al mismo tiempo, difícil debido al estado inestable y peligroso de la zona. Afortunadamente, son muchos los socios que participan activamente en el proyecto, aportando un valor añadido: la ONG Santé et Promotion Humaine (SAPHE), que colabora desde hace muchos años con Salud y Desarrollo para el desarrollo agrícola y ganadero del país, gestionando con personal local las cadenas de producción creadas con el proyecto anterior; el Departamento de Ciencias y Tecnologías Agrícolas, Alimentarias, Medioambientales y Forestales (DAGRI) de la Universidad de Florencia, especializado en la producción de alimentos y la protección y recuperación del medio ambiente en países tropicales y subtropicales, gracias a numerosas actividades de investigación y cooperación; la ONG AES-CCC, arraigada en el territorio burkinés desde hace muchos años con programas de lucha contra la malnutrición y la seguridad alimentaria, con especial atención a la capacitación de las mujeres tanto a nivel local como institucional.

Además, varios actores locales se suman a la causa ayudándonos en este nuevo reto: Bagrépole, las Asociaciones de Mujeres de la Región y los Departamentos de Gobierno a nivel municipal de la zona, todos ellos arraigados en el territorio con capacidad para actuar a tiempo en la resolución de cualquier problema.

A pesar de las dificultades endémicas de la zona, el proyecto Salud y Desarrollo está concebido para ser duradero, sostenible y arraigado en el territorio: el objetivo fundamental es provocar un cambio positivo en la capacidad productiva burkinesa, que se demostrará al cabo de los 36 meses, permitiendo a la población local mejorar sus condiciones de vida a largo plazo.

Estamos sólo al principio de esta nueva aventura, un reto ambicioso que esperamos ganar, gracias a la financiación de la AICS y a la valiosa colaboración de los socios. Siempre le mantendremos informado de los pequeños y grandes hitos que vayamos consiguiendo.